4 de diciembre de 2006

A todos los miembros de la Junta de Facultad de económicas:

Los miembros de la Asociación de Estudiantes de Económicas (AEE*), junto con el apoyo de más de 400 firmas de estudiantes, conseguidas en un solo día, declaramos:

Que en base a nivel permanente de actividades que tiene la AEE* (mirar memoria adjunta) el local actual permite el mínimo espacio necesario para desarrollarlas. Por tanto, se considera inapropiada la reducción drástica del espacio físico de la asociación. Muchas de nuestras actividades, empezando por las asambleas semanales se harían imposibles en el cuarto que se nos propone como alternativa. Lo razonable en este caso sería proponer un local mayor por las necesidades objetivas de esta asociación estudiantil.

Asumimos la reivindicación de nuestro local no sólo como defensa de los intereses de la AEE*, sino como parte inseparable de los intereses de todas las asociaciones y del movimiento estudiantil en general. Por tanto, exigimos que en el plan de reorganización de las aulas se tenga en cuenta las necesidades de las asociaciones que tienen actividad permanente.

Consideramos que no sólo sufrimos una merma en cuanto a espacio, sino que también de condiciones básicas de trabajo y de salubridad por la falta de espacio para tanta gente.
Entendemos la orden del Decano como una interpretación unilateral y desequilibrada de los estatutos de asociaciones (artículo 8). En concreto, cumplimos holgadamente todas las criterios que la normativa exige a las asociaciones, y en vez de destinarnos los recursos económicos y materiales adecuados, se pretende reducirlos, recortando nuestros derechos y desatendiendo nuestras necesidades.

Nosotros estamos a favor de un plan de reestructuración de las aulas para ampliar espacios, pero nunca cercenando los derechos de cualquiera de las partes de la comunidad universitaria.

Es de lógica aplastante que cuantos más estudiantes haya en la facultad, haya mayores y mejores espacios para las asociaciones de estudiantes. Lo contrario es disparatado, pero lamentablemente es la lógica que sigue el señor Decano.

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